El concepto de envidia del pene hace referencia, según Sigmund Freud, y dentro del contexto psicoanalítico, a un elemento fundamental de la sexualidad femenina y móvil de su dialéctica.
La envidia del pene surge del descubrimiento de la diferencia anatómica de los sexos: la niña se siente lesionada en comparación con el niño y desea poseer, como éste, un pene (complejo de castración); más tarde, en el transcurso del Edipo, esta envidia del pene adopta dos formas derivadas: deseo de poseer un pene dentro de sí (principalmente en forma de deseo de tener un hijo); deseo de gozar del pene en el coito.
La envidia del pene puede abocar a numerosas formas patológicas o sublimadas.