En un sentido amplio, significa la condición espiritual. Hay autores que lo consideran una dimensión más de la persona, como la dimensión biológica o social.[3] Referido a una persona, es la disposición principalmente moral, psíquica o cultural, que posee quien tiende a investigar y desarrollar las características de su espíritu.[4] Esta decisión implica habitualmente la intención de experimentar estados especiales de bienestar, como la salvación o la liberación. Se relaciona asimismo con la práctica de la virtud.[5]
↑Adriaanse, H. J. (1991). Penser la religion: recherches en philosophie de la religion(en francés)15. Beauchense. p. 292. «le terme spiritualité est un terme relativement nouveau dont la significativamente esta d’ailleurs largement fluctuante».