Las estatuas parlantes de Roma (en italiano: statue parlanti di Roma) o congregación de ingeniosos (en italiano: congrega degli arguti) proporcionaron una vía de escape para una forma de expresión política anónima en Roma.[1] Se pegaban críticas en la forma de poemas o composiciones ingeniosas sobre conocidas estatuas de Roma, como un ejemplo temprano de tablón de anuncios. Esta costumbre empezó en el siglo XVI y continúa hasta la actualidad.[2] Además del Pasquino y Marforio, las estatuas parlantes son Madama Lucrezia, Abate Luigi, Il Babuino e Il Facchino.[1]
<ref>
no válida; no se ha definido el contenido de las referencias llamadas web