Los extrusores de doble husillo se utilizan, dentro del ámbito industrial y científico, generalmente para extruir polímeros, alimentos y metales, entre otros. Se utilizan en operaciones de procesamiento que requieren de fundir, mezclar, eliminar gases, llevar a cabo reacciones de polimerización y cocción, ya sea para producir gránulos (o pellets en inglés) o para hacer perfiles. Además, se utilizan para evaporar los restos de monómeros y solventes procedentes de la reacción de polimerización.
La diferencia de estos extrusores y los de un solo husillo es que cada husillo está conformado por elementos intercambiables, es decir, se pueden colocar elementos de transporte y/o mezclado en diferentes posiciones a lo largo de cada husillo (en el extrusor tradicional, el husillo está hecho de una sola pieza o máximo dos). El flujo generado en un doble husillo que engrana y es contra rotativo genera un flujo en forma de C el cual tiene las características de un bombeo positivo, disminuyendo drásticamente la influencia de la viscosidad del material para su transporte y generando un bombeo muy eficiente. Las desventajas de este proceso es que los husillos son empujados por el material hacia las paredes del cañón, lo que evita el huso de altas velocidades; también existe el problema del mezclado ineficiente, mientras más rápido se transporta el material, menos eficiente es el mezclado.