Fellagha es el nombre con el que se hace referencia a los combatientes de la resistencia armada contra el colonialismo francés en Túnez.
El término —que se empezó a utilizar a partir de 1953 para designar a estos guerrilleros- deriva de la raíz árabe fa-la-qa (ف ل ق), que significa «romper, dividir, resquebrajar, etc.». La palabra, que contenía el sentido peyorativo de «bandido» o «asaltante» se resignificó en el marco de la lucha por la independencia. Así, para las autoridades coloniales, los fellaghas —en su mayoría originarios de zonas pobres y rurales del sudeste de Túnez— eran simples bandoleros y malhechores; mientras que, para los propios combatientes y sus partidarios, el término pasó a adquirir el sentido de «combatiente contra una autoridad injusta».
El papel de los fellaghas fue especialmente relevante en la lucha de Túnez por su independencia. Las acciones que llevaron a cabo a partir de 1952 contra las fuerzas de seguridad francesas forzaron a la potencia europea a sentarse en la mesa de negociación. Su actividad militar se prolongaría hasta 1956 y atravesaría distintas fases en las que experimentaron tanto el apoyo como el rechazo político de los movimientos nacionalistas tunecinos, la disputa por el poder de los burguibistas y los yusefistas, la represión, y, finalmente, el desdén del Estado.