Financiamiento de la ciencia se refiere al sostenimiento económico de la investigación científica, tanto en ciencias "duras" y tecnología, como en ciencias sociales y humanidades. El término a menudo connota el financiamiento obtenido a través de un proceso competitivo, en el que un conjunto de proyectos de investigación son evaluados y los más prometedores reciben financiación. Estos procesos son administradas por el gobierno, corporaciones o fundaciones.
La mayoría de la financiación de investigación proviene de dos fuentes principales: las empresas (a través de investigación y desarrollo), entre ellas grandes empresas tecnológicas con I+D propio, y los Gobiernos (principalmente a través de universidades y organismos gubernamentales especializados, a menudo conocidos como consejos de investigación). Algunas investigaciones científicas son llevadas a cabo (o financiadas) por organizaciones sin ánimo de lucro.
Según datos de la OCDE (2015), más del 60% de la investigación en ciencia y técnica se lleva a cabo en industrias, el 20% en universidades y 10% por el gobierno.[1] Comparativamente, en los países con menor PIB, como Portugal y México, la contribución de la industria es significativamente menor. El financiamiento gubernamental en ciertas industrias es mayor, y domina la investigación en ciencias sociales y humanidades. De manera similar, con algunas excepciones (por ejemplo, biotecnología) el gobierno provee la mayor parte de los fondos para la investigación en ciencia básica.[cita requerida] La investigación comercial se centra mayormente en el corto plazo, en función de las posibilidades de comercialización de innovaciones y nuevos productos, en lugar de proyectos de aplicación a largo plazo (tales como la fusión nuclear).[2]
Según datos de UNESCO, el Gasto Bruto en Investigación y Desarrollo (GBID) mundial ascendió, en 2013, a 1.478.000 millones de dólares.[3]