Las flores comestibles son aquellas flores aptas para el consumo humano, como el azahar, la flor de calabaza o el hibisco. Esto también incluye las inflorescencias comestibles, como la alcachofa, el brócoli o la flor del banano. Tienen diversas consideraciones culinarias: como aromatizantes, decorativas, o como ingrediente principal del plato, y se pueden usar frescas, secas, liofilizadas, confitadas, fritas...
Debido a que son un producto muy perecedero, su uso en cocina no está muy extendido. No obstante, se pueden encontrar de manera aislada preparaciones culinarias tradicionales con flores en diversas gastronomías de Asia, Oriente Medio y Latinoamérica. Algunos platos tradicionales en el mundo que incluyen flores o inflorescencias son los dulces coreanos hwajeon y hwachae, la ensalada vietnamita nộm hoa chuối, el dolma turco kabak çiçeği dolması, la fritura italiana sciurilli, la sopa de miso de crisantemo japonesa, el guiso de gualumbos mexicano o los pitos salvadoreños.