Francisco Antonio Encina | ||
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![]() Francisco Antonio Encina en 1903 | ||
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![]() Diputado de la República de Chile por Linares, Parral y Loncomilla | ||
15 de mayo de 1906-15 de mayo de 1912 | ||
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Información personal | ||
Nombre de nacimiento | Francisco Antonio Encina Armanet | |
Nacimiento |
10 de septiembre de 1874 San Javier, ![]() | |
Fallecimiento |
23 de agosto de 1965 (90 años) Santiago, ![]() | |
Nacionalidad | Chilena | |
Religión | Agnóstico[1] | |
Familia | ||
Padres | Pacífico Encina Romero y Justina Armanet Vergara | |
Cónyuge | María Amelia Barker Romero | |
Familiares |
José Francisco Vergara Rojas (bisabuelo) Gisela Silva Encina (nieta) | |
Educación | ||
Educación | profesión jurídica | |
Educado en |
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Alumno de | Valentín Letelier | |
Información profesional | ||
Ocupación | Historiador, filósofo, abogado, político, escritor de no ficción, terrateniente y escritor | |
Área | Historia de Chile, economía, filosofía de la historia, filosofía política y sociología de conflictos raciales y étnicos | |
Alumnos | Leopoldo Castedo | |
Movimientos | Nacionalismo chileno, nacionalismo blanco, racialismo, darwinismo social y Generación del centenario | |
Obras notables | ||
Partido político |
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Miembro de | Academia Chilena de la Historia | |
Distinciones | ||
Francisco Antonio Encina Armanet (San Javier de Loncomilla, 10 de septiembre de 1874-Santiago, 23 de agosto de 1965) fue un abogado, historiador y filósofo chileno.[2][3] Su extensa Historia de Chile desde la Prehistoria hasta 1891 fue un éxito de ventas y le hizo ganar el Premio Nacional de Literatura en 1955 (cuando aún no existía el Premio Nacional de Historia). Junto con Alberto Edwards y Jaime Eyzaguirre fue unos de los tres historiadores más leídos e influyentes durante el siglo xx.[4]
Es considerado unos de los principales intelectuales de la Generación del centenario,[5][6][7][8] un grupo heterogéneo de ensayistas chilenos (entre ellos Alberto Edwards Vives, Carlos Keller, Nicolás Palacios, Tancredo Pinochet, Luis Emilio Recabarren y otros)[5][8] que, a propósito de los 100 años de la independencia de Chile del Imperio Español, hicieron una valoración negativa y pesimista del proyecto republicano[6] (tanto Edwards como él idealizaron la época del Reino de Chile).[9][10] Encina, como el resto de su generación, veía una abrumadora «crisis moral de la nación», a la que se sumaba el problema de la pobreza económica.[11][6][12]
De ideología nacionalista,[13][1][14][15][16] racista,[13][17][18][19] antidemocrática,[1][20][15] antiliberal[1][14][21] y antioligárquica,[14][22] su obra fue citada profusamente en los años 1960 por economistas e historiadores[23][15] y, pese a la gran extensión de su Historia de Chile, en la actualidad «ha sido leída (por lo menos parcialmente) por la mayor parte de los chilenos con un nivel cultural mediano».[24] Su figura permanece tanto influyente como polémica, particularmente por las afirmaciones de carácter racista que impregnan su obra;[17][18][19][25] a diferencia de Palacios, Encina no veía el mestizaje como algo positivo, sino como un hecho corruptor del «elemento superior godo».[26] El cruzamiento con el indígena habría sido lo que habría privado a Chile de un mejor destino histórico, del mismo modo, postulaba que la crisis nacional de principios de siglo XX se explicaba, en parte al menos, por el factor racial.[27][28]
En la actualidad, uno de sus mayores críticos dentro del mundo académico es el historiador Sergio Villalobos, quien suele desechar su obra por el racismo que acusa en ella[18][19] (aun cuando el propio Villalobos es tachado de racista por sus colegas).[29] Por el contrario, el historiador Alfredo Jocelyn-Holt ha escrito que «es difícil encontrar un historiador chileno más reflexivo, más dispuesto a pensar y repensar la historia y no solo contentarse con investigarla y escribirla»,[13] y lo define junto a Alberto Edwards como «nuestros pensadores políticos más influyentes del siglo XX».[30] El filósofo Hugo Eduardo Herrera es uno de los intelectuales contemporáneos que más ha rescatado sus ideas, en particular por su «destacable capacidad de combinar la penetración prospectiva en la situación concreta con ideas que permiten comprenderla iluminadoramente»,[31] y la «[indudable] densidad filosófica de su pensamiento»[32] que el académico encuentra en sus ensayos políticos.[33]
Durante su incursión política fue diputado de la República en dos ocasiones (1906-1909; 1909-1912) por Linares, Parral y Loncomilla mientras militaba en el Partido Nacional (monttvarista). Unos años más tarde fundó el efírmero Partido Nacionalista de Chile junto con Alberto Edwards Vives, Luis Galdames Galdames y Ramón Subercaseaux Pérez. Sus libros Nuestra inferioridad económica (1912) y La educación económica y el liceo (1912) fueron la base teórica del movimiento.