Los frijoles refritos, molidos, colados, volteados, chinitos o licuados son una guarnición típica en México y Centroamérica.[1] Su variante mexicana más popular se caracteriza porque los frijoles se muelen mientras se fríen en aceite o manteca, después de haberse cocido hervidos, y sirven como guarnición de platillos populares acompañados con totopos o tortillas; o como un ingrediente esencial de tostadas, tlacoyos, molletes, bocoles, sopes y huaraches.