Los frutos secos son llamados así porque todos tienen una característica en común: en su composición natural (sin manipulación humana) tienen menos de un 50 % de agua. No se deben confundir con los productos provenientes de frutas desecadas o deshidratada. En los frutos secos la parte aprovechable no es el fruto en sí sino la semilla.
Los frutos secos son alimentos muy energéticos, ricos en grasas y proteínas, así como en oligoelementos. Según el tipo de fruto seco, también pueden aportar buenas cantidades de vitaminas (sobre todo del grupo B) o ácidos grasos omega 3.