Funcionalismo, en arquitectura, es el principio por el cual la forma de los edificios solo debe ser la expresión de su uso o función. Pero esta formulación no es tan obvia y genera controversia dentro de la profesión, especialmente en relación con el Movimiento Moderno. Su influencia fue particularmente notable en los Países Bajos, la Unión Soviética, Alemania y Checoslovaquia.[1]
Los orígenes del funcionalismo arquitectónico se pueden remontar al arquitecto romano Vitruvio, donde la tríada: utilitas (comodidad o utilidad) va de la mano de venustas (belleza) y de firmitas (solidez), como una de las tres metas de la arquitectura clásica.[2]
↑Rogers, Elizabeth Barlow. Landscape Design: A Cultural and Architectural History. New York: Abrams, 2001. p.23, 454-5