En ingeniería de audio, un fundido, más conocido por su nombre en inglés, fade (/feɪd/; 'fundido, debilitamiento') es un aumento o disminución gradual del nivel de una señal de audio. El término también puede ser utilizado en cinematografía (véase Fundido audiovisual) e iluminación de teatro con el mismo sentido.[1]
Un fade común es al final de las canciones grabadas, lo que significa que su volumen se reduce gradualmente hasta un silencio total (lo que se conoce como fade-out), o también en el principio de la canción, cuando gradualmente se intensifica el volumen (fade-in). El fading-out puede servir como una solución para aquellas piezas musicales que no tienen un final obvio. Los fundidos son muy valiosos ya que le permiten al ingeniero asegurarse de manera rápida y fácil de que el principio y el final de cualquier audio sea suave, sutil y sin fallas perceptibles para el oído de la audiencia.[2] Los fade-ins y fade-outs también se pueden usar para cambiar las características de un sonido, por ejemplo, un fundido de entrada se usa para suavizar los golpes consonánticos oclusivos (por ejemplo, b, d o p). También se puede usar para suavizar los golpes de un tambor u otro instrumento de percusión.
Un fundido cruzado (cross-fades) se puede manipular a través de sus tasas y coeficientes para crear diferentes estilos de desvanecimiento.[3] Casi cada desvanecimiento es diferente; Esto significa que los parámetros de desvanecimiento deben ajustarse de acuerdo con las necesidades individuales de cada mezcla.[4]
Los DJs y turntablistas profesionales del hip hop usan los faders (los deslizadores en un aparato llamado mezclador de sonido), especialmente el crossfader horizontal, de una manera rápida mientras manipulan simultáneamente dos o más discos (u otras fuentes de sonido) para crear scratchings y ritmos varios. Los mezcladores de sonidos (DJ mixers) también son usados por los DJs de música house y techno, que aplican una técnica fundamental conocida como beatmatching, la cual consiste en acompasar los ritmos (BPMs) de dos canciones sucesivas, de manera que la transición entre una y otra sea suave y armoniosa.
Aunque es un evento relativamente raro, una misma canción pueden tener un fade-out (fundido a silencio) y acto seguido un fade-in (volver a sonar). Ejemplos de ello son: Helter Skelter y Strawberry Fields Forever de The Beatles,[5] Suspicious Minds de Elvis Presley,[6] Shine On Brightly por Procol Harum, That Joke Isn't Funny Anymore de The Smiths,[7] Thank You de Led Zeppelin o The Great Annihilator de Swans.