Se llama grasa alimentaria a la materia grasa de origen animal o vegetal empleada como alimento.
Se habla de grasa para aludir a un lípido sólido a temperatura ambiente, frente a los aceites, que son líquidos a esa temperatura. Sin embargo, «grasa» es también un término genérico que se usa a menudo como sinónimo de cualquier forma de lípido: por ejemplo, se dice que algunas vitaminas no son solubles en agua pero sí en grasas (tanto sólidas como aceites).
En 1827 William Prout reconoció a las grasas como un nutriente importante en la dieta, al mismo nivel que las proteínas o azúcares.[1]
1 g de grasa contiene aproximadamente 9 kcal. El porcentaje de calorías provenientes de la grasa en una dieta equilibrada debería ser de entre el 25 y el 30%.[2]