Un hombre de mimbre era una gran estatua de mimbre según se dice utilizada por los antiguos druidas (sacerdotes del paganismo celta) para sacrificios haciendo arder la efigie, de acuerdo con Julio César en su Commentarii de Bello Gallico (Comentarios sobre la guerra de las Galias).[1][2]Contradiciendo las fuentes romanas, investigaciones más recientes dicen que "hay poca evidencia arqueológica" de sacrificios humanos por parte de los celtas, y sugieren la posibilidad de que los griegos y los romanos diseminaran información negativa por desdén a los bárbaros.[3] No hay ninguna evidencia de las prácticas que Julio César describió, y las historias de sacrificio humano parecen derivadas de una sola fuente, Posidonio, cuyas exposiciones no tienen base.[4]
Evidencias arqueológicas de Irlanda también indican que el sacrificio humano pudo haberse practicado en tiempos previos a cualquier contacto con Roma. Se han encontrado restos humanos en los cimientos de estructuras desde el Neolítico a la época romana, con lesiones y en posiciones que sustentan el que fuesen sacrificios de cimentación.[5][fuente cuestionable]
En tiempos más modernos, los hombres de mimbre se utilizan para varios eventos. La figura ha sido adoptada para festivales como parte de algunas ceremonias de temática neopagana, sin el elemento del sacrificio humano.[6] También se han empleado efigies de esta clase como elementos artísticos en representaciones, como artículos de exhibición en festivales de música rock, como material temático en canciones: la idea detrás de la canción de Iron Maiden The Wicker Man, y como elemento central de la película de culto de terror británica El hombre de mimbre (1973). Gran parte de la notoriedad del hombre de mimbre en la cultura popular moderna como estructura y concepto es atribuible a esta película.[cita requerida]