Un bajo horno es un horno preindustrial capaz de transformar el mineral de hierro extraído de la naturaleza en lupa, metal apto para la forja de armas, aperos y otros objetos, sin el recurso a la energía hidráulica. Estos hornos de reducción estaban dispuestos al aire libre y en sus diversos procesos productivos intervenía directamente la fuerza humana. En la península ibérica a un conjunto de este tipo de hornos en se les denomina "ferrería de monte".[1]
Los hornos que utilizaban eran de reducido tamaño y por lo general semiexcavados en el suelo. Alcanzaban aproximadamente un metro de altura y su diámetro interior rondaba entre los 40 y 70 cm aproximadamente. Estaban construidos con piedras areniscas y arcilla y podían presentar, o no, un agujero o dama inferior para la salida de escorias.[2] La pista fundamental para localizar en la actualidad los restos de estos antiguos talleres de producción de hierro lo proporcionan las escorias, que son el sobrante o desecho que los ferrones tiraban cuando obtenían el tocho o esponja de hierro. Las acumulaciones de tierras negras carbonosas y escorias forman en ocasiones auténticas acumulaciones en las laderas denominadas escoriales, como también se conocen estos yacimientos arqueológicos.[3]