Los instrumentos de viento metal (o viento-metal) son instrumentos musicales de viento, que producen sonido por medio de vibración simpática de aire en un resonador tubular en simpatía con la vibración de los labios de quien los toca. Están compuestos por un tubo de metal (generalmente latón), que puede estar doblado o recto, una boquilla y una campana en el extremo opuesto a la boquilla. Aunque estos instrumentos están por lo general fabricados en metal, la mayoría de ellos tienen antecesores tomados de la naturaleza, como las caracolas, ramas huecas o cuernos de algunos animales. Estos instrumentos son llamados a veces labrósonos o labrófonos,[1] de partículas del latín y el griego que significan 'labio' y 'sonido.'
Varios factores están involucrados en producir diferentes alturas en un instrumento de viento metal. Varas deslizantes (émbolos), válvulas, recodos (de uso infrecuente en la actualidad) o llaves de tacto (pistones) se usan para cambiar la longitud vibratoria del tubo, cambiando de esta manera las series armónicas disponibles, mientras que la embocadura, tensión labial y flujo del aire del intérprete tienen la función de seleccionar la armónica específica producida a partir de las series disponibles.
En la perspectiva de la mayoría de estudiosos (véase organología), el término de viento-metal debe definirse por la manera en que se produce el sonido, como se describió antes, y no por el material del que está hecho el instrumento. Así, es posible incluir en tal categoría instrumentos que están hechos de madera, tales como la trompa de los Alpes, el cornetto, el serpentón o el didyeridú, al tiempo que algunos instrumentos de viento-madera están hechos de metal, como el saxofón.