El ius trium liberorum que significa "el derecho de los tres hijos" en latín,[1] fue un privilegio concedido a las ciudadanas romanas que habían dado a luz a 3 niños o libertas que habían dado a luz al menos a 4 niños.[2] Fue un resultado directo de la Lex Julia y la Lex Papia Poppæa, cuerpos legislativos introducidos por el emperador Augusto en el 18 a. C. y el 9 d. C. respectivamente.[3] Estos cuerpos de legislación fueron concebidos para aumentar la menguante población de las clases altas de Roma.[4] La intención del ius trium liberorum ha causado que los académicos la interpretasen como una legislación eugenésica.[5] Los hombres que habían recibido el ius trium liberorum estaban descargados de responsabilidades. Las mujeres con ius trium liberorum ya no estarían subyugadas a la tutela mulierum y podían recibir herencias o de lo contrario legarlas a sus hijos.[2] La reacción pública a la ius trium liberorum empero fue en gran parte buscarle lagunas. La posibilidad de tener una gran familia aún no era atractiva.[6] Una persona que destapa a un ciudadano en violación de esta ley tenía derecho a una porción de la herencia involucrada, creando así un lucrativo negocio para los espías profesionales.[7] Los espías se volvieron tan metomentodos que las recompensas se redujeron a un cuarto de su tamaño previo.[8] Con el paso del tiempo el ius trium liberorum fue concedido a estas por los cónsules como recompensas por buenas obras en general, ocupar puestos importantes o como favores personales, no solo la prolífica fecundación.[6] Finalmente el ius trium liberorum fue derogado en el año 534 d. C. por el emperador Justiniano.[9]