El landmarkismo es un tipo de eclesiología bautista,[1] desarrollado en el Sur de los Estados Unidos a mediados del siglo XIX. Está comprometido con una versión sólida de la teoría de la perpetuidad de origen bautista, atribuyendo una continuidad ininterrumpida y una legitimidad única al movimiento bautista desde la período apostólico. El término se refiere a la creencia en la validez exclusiva de las iglesias bautistas y la invalidez de los actos eclesiásticos no bautistas.[2] El movimiento empezó en el sur de Estados Unidos en 1851, influenciado por James Robinson Graves, editor del periódico The Tennessee Baptist.[3][1]
En Latinoamérica se estableció en Costa Rica en la Asociación Bautista Americana ABA y Compañerismo Bíblico Bautista[4], Panamá y Honduras. También los hay en Suramérica.