La lanza de fuego (en chino tradicional, 火槍; en chino simplificado, 火枪; pinyin, huǒ qiāng) fue una primigenia arma de pólvora que apareció en China en el siglo X, durante las guerras Jin-Song. Empezó como un pequeño artefacto pirotécnico acoplado a una lanza, empleado para ganar una ventaja crucial al inicio de una melé.[1] Mientras que la fórmula y la producción de la pólvora mejoraban, se incrementó el poder de la carga explosiva y se le añadió residuos o perdigones, produciendo los efectos combinados de un lanzallamas y una escopeta modernos, pero con un alcance muy corto (3 m o menos) y un solo disparo (algunas fueron diseñadas para dos disparos). En las posteriores lanzas de fuego más grandes y pesadas, se descartó la punta de lanza, ya que eran demasiado voluminosas para ser empleadas en un combate cuerpo a cuerpo. Estas son consideradas como una protoarma, el predecesor del cañón de mano y el antepasado de todas las armas de fuego.[2] Algunas lanzas de fuego eran demasiado grandes para que un solo hombre las utilice. Estas eran situadas sobre el suelo encima de un armazón, pudiendo ser consideradas como protocañones.