En la Iglesia ortodoxa y comunidades de las Iglesias orientales, una Laura (Griego: Λαύρα; Cirílico: Ла́вра) significaba originalmente una colonia de celdas o cuevas de eremitas, con una iglesia propia para la celebración dominical de la misa y, a veces, un refectorio en el centro. Esta palabra tiene un origen griego y significa "pasaje", "corredor" o "avenida" por estar las celdas usualmente alineadas.