En la mitología griega, Lete[1] (en griego antiguo, Λήθη[2]; romanización, Lḗthē; pronunciación, clásica, lɛː́tʰɛː koiné, lˈeːtʰeː bizantina, lˈiθi; literalmente ‘olvido’), o también Leteo[3][4] (del latín Lethæus),[5] es uno de los ríos del Hades y a la vez la diosa y personificación del olvido. Los filósofos también lo denominan como el río Ameles (Amelēs potamos; río de la Desatención).[6] Beber de sus aguas provocaba la pérdida inmediata los recuerdos. Algunos griegos antiguos creían que se hacía beber de este río a las almas antes de reencarnarlas, de forma que no recordasen sus vidas pasadas. Su nombre latino es Oblivio[7][8] — sustantivo también femenino—. En cuanto a su filiación Lete es hija de Eris[9] pero otros la imaginan hermana de Tánatos e Hipnos.[10] Se dice que todos los ríos son hijos de Océano y Tetis,[11] y pudiera ser conjeturalmente el caso de Lete, pero ninguna fuente confirma esta filiación.
Ovidio nos habla de cierta Letea —si es que no se trata de una variación poética— , a propósito del viaje de Orfeo al inframundo, y cuyo destino fue la de ser metamorfoseada en piedra.[12]
También existe un río Leteo fuera del contexto mitológico. Es un río de la Jonia minorasiática tributario del Meandro y que dicurre por Aulas, una ciudad de los magnesios.[4]