El levantamiento indígena de 1932 en El Salvador, también conocido como La Matanza del 1932, fue una mezcla entre protesta e insurrección que tuvo lugar en enero de 1932 en la zona occidental y central de El Salvador y que acabó en etnocidio, al represaliarse con el exterminio directo de casi la totalidad de las comunidades nahuas de El Salvador.[1]