La ley de Henry enuncia que a una temperatura constante, la cantidad de gas disuelta en un líquido es directamente proporcional a la presión parcial que ejerce ese gas sobre el líquido,[1][2] es decir, a mayor presión, mayor solubilidad y a la inversa.
La ley de Henry sólo es válida en presiones bajas y en disoluciones diluidas.