Maleconazo | ||
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Parte de Período especial | ||
Manifestantes en La Habana el 5 de agosto de 1994. | ||
Localización | ||
País |
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Lugar | Malecón de La Habana y toda La Habana | |
Datos generales | ||
Estado | Finalizado | |
Tipo | Protestas populares, manifestaciones, vandalismo | |
Ámbito | Local | |
Causa |
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Objetivo |
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Participantes | Opositores al gobierno de Fidel Castro, grupos afines al gobierno | |
Histórico | ||
Fecha de inicio | 5 de agosto de 1994 | |
Fecha de fin | 6 de agosto de 1994 | |
Desenlace | ||
Muertos | 3 | |
Heridos | 100+ heridos | |
Arrestados | 370 arrestos | |
Resultado | Protestas reprimidas por el gobierno cubano por la fuerza. Crisis de los balseros cubanos de 1994 | |
Maleconazo es el nombre que recibieron una serie de manifestaciones antigubernamentales ocurridas en Cuba el 5 de agosto de 1994,[1][2] consideradas una de las más prominentes desde el inicio de la Revolución cubana,[3] en la que miles de cubanos salieron a las calles alrededor del Malecón de La Habana para exigir libertad y expresar su frustración con el gobierno.[4] Tras el colapso de la Unión Soviética a principios de la década de 1990, Cuba cayó en una crisis económica paralizante que hizo que muchos ciudadanos buscaran huir de la isla.[5] Los incidentes se originaron tras la intercepción por parte de las autoridades cubanas de cuatro embarcaciones que navegaban hacia la costa de Estados Unidos sin autorización.[6]
El día del levantamiento después de que la policía cubana impidiera que la gente subiera a los remolcadores que salían de La Habana, miles de ciudadanos salieron a tomar las calles en la manifestación antigubernamental más grande que Cuba había visto desde la Revolución Cubana.[5] Miles de personas se congregaron en el Malecón de La Habana, enfrentándose con palos y piedras a la policía, saqueando comercios y rompiendo escaparates, a la vez que lanzaban consignas contra el entonces presidente Fidel Castro y el sistema socialista, en el poder desde 1959.[1]
Los disturbios se prolongaron durante varias horas y se extendieron hacia los barrios céntricos de la capital, como La Habana Vieja,[7] que estaban repletos de turistas. La acción de la policía, que detuvo alrededor de 100 personas, logró restituir el orden durante la tarde. No se registraron víctimas mortales, aunque sí varios heridos, la mayoría con contusiones leves.[7] Por la noche se produjo una contramanifestación en apoyo al gobierno, en la que participaron civiles armados con palos y tubos de metal.[1]
El día 6 de agosto, Fidel Castro se trasladó hasta la zona de los disturbios y pronunció un discurso donde llamó a la gente a «ganar la calle» y «derrotar a los apátridas».[7] A su vez, acusó a los Estados Unidos de intentar «provocar un baño de sangre».[1] Los disturbios saldaron al menos 3 muertos y más de un centenar de heridos.[8]
En las semanas siguientes, el presidente Fidel Castro sofocó la frustración al abrir las puertas del país y permitir que los cubanos se fueran, lo que resultó tener un impacto significativo en el avance de la relación de Cuba con los Estados Unidos.[9]