Memento mori ([mɛˈmɛn.tɔ ˈmɔ.rɪ] en Latín clásico; [meˈmen.to ˈmo.ri] en Latín eclesiástico; traducido como «Recuerda que morirás», en español) es una frase o locución en latín usada para evocar el recuerdo de la mortalidad del ser humano.[1][2] La frase se utilizaba con bastante frecuencia durante el Medievo como un recordatorio de la fugacidad de la vida, y es común encontrarla en estatuas, obras de arte y objetos que representan la muerte, como los sepulcros. El tópico fue asumido por el cristianismo para advertir cómo las personas deberían estar siempre preparadas para una muerte incierta de la que no sabemos el día ni la hora.[3]
El motivo más común es una calavera, a menudo acompañada de huesos. A menudo, esto por sí solo es suficiente para evocar el tropo, pero otros motivos incluyen un ataúd, un reloj de arena o flores marchitas para significar la impermanencia de la vida. También suele usarse para denominar a las representaciones de difuntos en la historia del arte.[cita requerida]