El monopolio del alcohol es un monopolio estatal sobre las ventas al por menor o la producción de bebidas alcohólicas, establecido para controlar los ingresos derivados, prevenir el alcoholismo en una región, y ofrecer una alternativa a la prohibición total. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, se trata de un sistema extendido en los países nórdicos (a excepción de Dinamarca, donde únicamente se aplica en las Islas Feroe), en Canadá y en algunos estados de los Estados Unidos.[1]