Morena, Marena, Mara o Marzanna es una figura femenina de la mitología eslava. La cultura popular la presenta como diosa de la muerte. Suele representarse como una anciana repugnante que personifica el invierno, oscuridad, esterilidad y la muerte. Se encuentra en oposición directa a su hermana Živa, diosa de la vida, que se conecta con el verano, fertilidad, cosecha y abundancia. Esta personificación resalta la dualidad invierno – verano que en los pensamientos de los remotos pueblos eslavos dio lugar al surgimiento de diversos ritos paganos. Varios de ellos se conservan hasta hoy en día, aunque en una forma modificada y simbólica. A causa de esta simplificación el concepto de Morana dejó de representar algunas de las connotaciones originales. La imagen primitiva de la diosa eslava de la muerte, pero también de la vida que representaba una sabiduría profunda y guardaba los cambios de la naturaleza, se desprendió de varios significados. Llegó a denominar a la muñeca simbólica conectada con el invierno y la muerte en el folclore eslavo.
A nivel académico, es bastante complicado trazar las líneas de los dioses eslavos a causa de escasez de los documentos escritos y hallazgos arqueológicos, como afirma arqueólogo checo Váňa (1990, 62). Los términos Morana y Živa aparecen en el diccionario latín Mater Verborum del siglo XIII. Sin embargo, el lingüista checo Frinta (1918, 1-4) advierte de que estos términos no están documentados en los textos checos antiguos, anteriores al siglo XIX. Además, afirma que en Mater Verborum se trata de falsificaciones añadidas al manuscrito tras su descubrimiento en el s. XIX por Václav Hanka, probablemente en forma de extranjerismos. Kollár (2009) o Růžička (1907), prosiguiendo la línea de Mater Verborum, definen a Morana como diosa de la muerte. A pesar de los debates académicos acerca del origen y funciones de Morana en la mitología eslava, la cultura popular se ha quedado con identificar a Morana con diosa de la muerte.