El movimiento ocular se refiere al movimiento voluntario o involuntario de los ojos, que ayuda a seguir los estímulos visuales. El movimiento ocular que ocurre durante el sueño REM es un ejemplo.
Los ojos se mueven mediante un sistema de seis músculos. La retina, un tipo especializado de tejido que contiene fotorreceptores, detecta la luz. Estas células especializadas convierten la luz en señales electroquímicas. Estas señales viajan a lo largo de las fibras del nervio óptico hasta el cerebro, donde se interpretan como visión en la corteza visual.
Los primates y muchos otros vertebrados utilizan tres tipos de movimientos oculares voluntarios para seguir objetos de interés: seguimiento lento, cambios de vergencia (sincronización)[1] y movimientos sacádicos.[2] Estos tipos de movimientos parecen ser iniciados por una pequeña región cortical en el lóbulo frontal del cerebro.[3][4] La extirpación del lóbulo frontal conlleva la anulación del control voluntario, aunque los movimientos oculares involuntarios —como el reflejo que mueve los ojos hacia una luz en movimiento— siguen intactos.[5]