La nacionalidad o ciudadanía checa es el vínculo jurídico que liga a una persona física con la República Checa y que le atribuye la condición de ciudadano.
La ley de nacionalidad checa, la cual está basada en el concepto jurídico de ius sanguinis (derecho de sangre), entró en vigor el 1 de enero de 1993, fecha de la disolución de Checoslovaquia, y fue modificada en 1993, 1995, 1996, 1999, 2002, 2003, 2005, 2013 y 2019.
Desde el 1 de enero de 2014, se permite la doble nacionalidad bajo la ley checa.[1][2] Todos los ciudadanos checos son automáticamente ciudadanos de la Unión Europea.