Non compos mentis es una expresión jurídica latina que se traduce como "mentalmente incompetente": nōn, ("no") precede a compos mentis ("tener control de la propia mente"). Esta expresión se utilizó por primera vez en el derecho inglés del siglo XIII para describir a las personas afectadas por la locura, la pérdida de memoria o de la capacidad de razonar.[1]