Obesidad abdominal | ||
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Especialidad | Endocrinología | |
Complicaciones | Enfermedades cardiovasculares, asma, accidente cerebrovascular, diabetes | |
Causas | Sedentarismo, hiperalimentación, síndrome de Cushing, alcoholismo, síndrome de ovario poliquístico, síndrome de Prader-Willi | |
Sinónimos | ||
Obesidad central, obesidad troncal, obesidad androide | ||
La obesidad abdominal, también conocida como obesidad central y obesidad troncular, es la condición de una concentración excesiva de tejido graso alrededor del estómago y el abdomen hasta tal punto que es probable que perjudique la salud de su portador. La obesidad abdominal se ha relacionado estrechamente con las enfermedades cardiovasculares,[1] la enfermedad de Alzheimer, enfermedades relacionadas al metabolismo y otras enfermedades vasculares.[2]
La grasa abdominal visceral y central y el perímetro de la cintura muestran una fuerte asociación con la diabetes de tipo 2.[3]
La grasa visceral, también conocida como grasa orgánica o grasa intraabdominal, se localiza dentro de la cavidad peritoneal, empaquetada entre los órganos internos y el torso, a diferencia de la grasa subcutánea, que se encuentra debajo de la piel, y la grasa intramuscular, que se encuentra intercalada en el músculo esquelético. La grasa visceral se compone de varios depósitos adiposos, como el mesenterio, el tejido adiposo blanco epididimario y la grasa perirrenal. Un exceso de grasa visceral adiposa se conoce como obesidad central, el efecto "barriga cervecera", en el que el abdomen sobresale excesivamente. Este tipo de cuerpo también se conoce como "forma de manzana", a diferencia del "en forma de pera", en el que la grasa se deposita en las caderas y las nalgas.
Muchos investigadores empezaron a centrarse en la obesidad abdominal en la década de 1980, cuando se dieron cuenta de que tenía una conexión importante con las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y la dislipidemia. La obesidad abdominal estaba más estrechamente relacionada con trastornos metabólicos vinculadas a las enfermedades cardiovasculares que la obesidad general. A finales de los años ochenta y principios de los noventa se descubrieron técnicas de imagen muy útiles y potentes que ayudarían a comprender mejor los riesgos para la salud asociados a la acumulación de grasa corporal. Técnicas como la tomografía computarizada y la resonancia magnética permitieron clasificar la masa de tejido adiposo localizada a nivel abdominal en grasa intraabdominal y grasa subcutánea.[4]
La obesidad abdominal se relaciona con mayores eventos cardiovasculares entre la población de etnia sudasiática.[5]