El origen del agua en la Tierra es objeto de una serie de investigaciones en los campos de la ciencia planetaria, la astronomía y la astrobiología. La Tierra es singular entre los planetas rocosos del sistema solar por ser el único, que se sepa, en tener océanos de agua líquida en su superficie.[2] El agua líquida —esencial para la vida tal como se conoce— continúa existiendo en la superficie de la Tierra porque el planeta está a una distancia lo suficientemente alejada del Sol para que no pierda su agua por el efecto invernadero desbocado, y al mismo tiempo no tan alejada como para que las bajas temperaturas causen la congelación de toda el agua del planeta. Esta distancia es conocida como la zona de habitabilidad del sistema solar.
Durante mucho tiempo se pensó que el agua de la Tierra no se había originado en la región que originó el planeta en el disco protoplanetario. Se planteaba la hipótesis de que el agua y otros volátiles debían haber llegado a la Tierra desde el sistema solar exterior en algún momento posterior de su historia. Sin embargo, investigaciones recientes indican que el hidrógeno de dentro de la Tierra jugó un papel en la formación del océano.[3] Las dos ideas no son mutuamente excluyentes, ya que también hay evidencia de que el agua llegó a la Tierra por impactos de planetesimales helados de composición similar a la de los asteroides en los bordes exteriores del cinturón de asteroides.[4]
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