La ornitomancia (en griego οἰωνίζομαι) es una de las artes adivinatorias que se practicaban en la antigua Grecia.
Se basaba en predicciones a partir del comportamiento de las aves (ornito-): el vuelo, las migraciones, los cantos, etc.
El más famoso ornitomántico es Tiresias, que era ciego y debía llevar a un aprendiz o lazarillo con él que le describiera sus observaciones de las aves.
En un escolio de Proclo del verso final de la obra de Hesíodo Trabajos y días (Έργα και ημέραι), se lee que algunos hacían derivar de ese verso la fe en esta práctica, que consideraba engañosa Apolonio de Rodas.[1][2]
¡Dichoso aquel que, sabiendo todas estas cosas, irreprochables ante los dioses,
se entrega al trabajo sin cometer falta alguna,
observa los augurios de las aves y huye de las malas acciones!
τάων εὐδαίμων τε καὶ ὄλβιος, ὃς τάδε πάντα
εἰδὼς ἐργάζηται ἀναίτιος ἀθανάτοισιν,
ὄρνιθας κρίνων καὶ ὑπερβασίας ἀλεείνων.