Paradoja del viaje en el tiempo

La paradoja del viaje en el tiempo, o paradoja del abuelo, es una paradoja probablemente acuñada por primera vez por el escritor francés de ciencia ficción René Barjavel en su novela Le Voyageur Imprudent (El viajero imprudente), de 1942. El concepto ya había sido mencionado previamente por el escritor estadounidense, el argumento llega a centrarse por momentos en la infinidad de vidas alternas que podrían ser posibles de no ser por una simple acción o inacción. Se parte del supuesto de que una persona realiza un viaje a través del tiempo y mata al padre biológico de su padre/madre biológico (abuelo del viajero), antes de que este conozca a la abuela del viajero y puedan concebir. Entonces, el padre/madre del viajero (y por extensión, ese viajero) nunca habrá sido concebido, de tal manera que no habrá podido viajar en el tiempo; al no viajar al pasado, su abuelo entonces no es asesinado, por lo que el hipotético viajero sí es concebido; entonces sí puede viajar al pasado y asesinar a su abuelo, pero no sería concebido, y así indefinidamente.[1][2]

La anterior paradoja no tiene solución ya que el transcurso del tiempo es lineal y no existen líneas alternativas de tiempo. Se ha especulado que esto haría colapsar la realidad al punto donde el viajero asesina a su abuelo. Otra especulación es la de múltiples líneas de tiempo y universos, pero eso sería mezclar la paradoja con otras teorías que no están conectadas con el viaje temporal. Una variante de la paradoja del abuelo es la paradoja de Hitler o la paradoja del asesinato de Hitler, un tropo bastante frecuente en la ciencia ficción, en el que el protagonista viaja en el tiempo para asesinar a Adolf Hitler antes de que este provoque la Segunda Guerra Mundial. Esto no impide necesariamente el mismo viaje en el tiempo pero dicho asesinato, al conseguir evitar la Segunda Guerra Mundial, elimina precisamente el motivo para dicho viaje y también elimina el conocimiento de la utilidad de dicho viaje. De no haber existido la Segunda Guerra Mundial, entonces no habría motivo para viajar al pasado para matar a Hitler. Además, las consecuencias de la existencia de Hitler son tan grandes y globales que, para cualquier persona nacida después de la guerra, es probable que su nacimiento haya sido influenciado de alguna manera por sus efectos, y, por lo tanto, la paradoja del abuelo se aplicaría directamente de alguna manera.

En última instancia, lo que intenta representar la paradoja del abuelo es la imposibilidad de viajar al pasado, dado que absolutamente toda acción realizada en el pasado, incluso el simple hecho de estar el viajero en un determinado sitio aún sin hacer nada más que quedarse ahí estático, alteraría el estado del mundo en el futuro y potencialmente podría suponer la imposibilidad del viajero de llegar a haber realizado el viaje en cuestión. Pero no por ello se han dejado de plantear teorías de todo tipo, con base a las cuales sí que sería posible de una u otra manera poder viajar al pasado o a lo que se le podría denominar como una versión o copia del mismo.

  1. Francisco Lobo (2002). «Time, Closed Timelike Curves and Causality». p. 2. Consultado el 2 de noviembre de 2015. 
  2. Acuña Torres, Reinhardt (31 de marzo de 2018). «La paradoja del abuelo». Wall Street International Magazine. Consultado el 7 de octubre de 2021. 

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