La pederastia griega (del griego παιδεραστία), idealizada por los griegos desde la época arcaica, era una relación entre un joven adolescente (ἐρώμενος, erōmenos, 'amado') y un hombre adulto que no pertenecía a su familia próxima (ἐραστής, erastēs, 'amante'). Surgió como una tradición aristocrática educativa y de formación moral. Los griegos la consideraban por ello un elemento esencial de su cultura ya desde los tiempos de Homero.[2] Es importante señalar que la diferencia de edad entre erōmenos y erastēs es paralela a la que se daba entre los contrayentes del matrimonio en la antigua Grecia: un hombre en la treintena y una jovencita o joven de entre quince y dieciocho años.[3] También cabe remarcar que el erómeno era un adolescente ya entrado en la pubertad y no un niño, como se entiende en el concepto actual de pederastia.
El término deriva de la combinación de dos vocablos griegos: παιδ- (raíz de παῖς, παιδός, 'niño' o 'muchacho') y ἐραστής (erastēs, 'amante'; cf. erotismo). En un sentido más amplio, la palabra se refiere al amor erótico entre adolescentes y hombres adultos. Los griegos consideraban normal que un hombre se sintiese atraído por la belleza de un joven, tanto o más que por la de una mujer.[4] Sólo había controversia sobre la forma en que debía expresarse este deseo.
La pederastia estaba muy relacionada con la tradición atlética y artística de la desnudez en la gimnasia, con la costumbre de matrimonios tardíos para los varones, con los banquetes y con el hecho de que las mujeres estuvieran recluidas en sus hogares.[5] También era algo fundamental para el entrenamiento militar griego y un factor importante en la formación de sus tropas.