pedofilia, paidofilia | ||
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“T'en verras de plus dures que ça ma fille” dibujo hecho por Martin Van Maële, en el que se representa a un hombre abusando sexualmente de una niña; 1905. | ||
Especialidad |
psiquiatría psicología | |
Los términos paidofilia y pedofilia se usan en las ciencias de la salud para referirse a una parafilia que consiste en la excitación o el placer sexual que obtiene una persona adulta al llevar a cabo actividades o al tener fantasías sexuales con niños (infantes y preadolescentes).[1][2][3] Aunque las niñas suelen comenzar el proceso de la pubertad a los 8 o 10 años, y los niños a los 11 o 12 años,[4] el criterio de corte para la pedofilia se extiende hasta las edades de 13 años, es decir, la prepubescencia.[2] Los adultos atraídos por menores pospúberes de 13 a 17 años son considerados efebófilos.
En estudios sobre pedofilia se suele considerar el rango de atracción entre los 6 a los 14 años de edad, y no se tienen en cuenta los casos aislados de niñas mayores de 13 o niños mayores de 15 años que aún no hayan llegado a la pubertad.
La pedofilia es un rasgo multifactorial de la personalidad, y se compone de aspectos mentales, institucionales, de actividad, de educación sexual, de violencia y de control de las pulsiones, entre otros. En este sentido, se suelen distinguir dos tipos de pedofilia: una primaria o esencial, muy arraigada en el sujeto, y otra secundaria (u otras), que aparecería motivada por factores circunstanciales.
Las conductas pedófilas son muy heterogéneas, desde casos inofensivos, hasta aquellos en que alcanzarían niveles que rozan lo criminal. Se puede decir que la pedofilia es una condición de salud mental mientras no existe abuso físico de un(a) menor. A la actividad sexual de una persona adulta con un menor prepubescente, de 13 años o menos se la conoce con el nombre de pederastia o abuso sexual infantil[5] (palabra que, etimológicamente, significa lo mismo que pedofilia).[6]
En el uso popular, la palabra pedofilia se suele aplicar a cualquier interés sexual en los niños o el acto de abuso sexual infantil.[7] Este uso confunde la atracción sexual hacia los niños prepúberes con el acto de abuso sexual infantil, y no distingue entre la atracción a prepúberes y púberes o post-púberes menores de edad. Los investigadores recomiendan que se eviten estos usos imprecisos ya que si bien las personas que cometen abuso sexual infantil a veces presentan el trastorno, los abusadores sexuales de niños no son pedófilos a menos que tengan un interés sexual primario o exclusivo en los niños prepúberes,[8][9][10] y la literatura indica la existencia de pedófilos que no abusan de los niños.[11][12]