El término secreto perfecto hacia adelante[1] (en inglés perfect forward secrecy, PFS) es la propiedad de los sistemas criptográficos que garantiza que el descubrimiento de las claves utilizadas actualmente no compromete la seguridad de las claves usadas con anterioridad (no las revela). Por tanto la seguridad de lo que se hizo usando claves antiguas persiste. Cuando un sistema tiene secreto perfecto hacia adelante se dice que el sistema es seguro hacia adelante.
Poco a poco nos estamos concienciando de que el entorno en el que nos movemos no es seguro. Por ejemplo, las comunicaciones en línea pueden ser observadas en su camino hacia el destino, los datos que residen en nuestros equipos son vulnerables a múltiples tipos de ataques. Esto nos lleva a que intentemos acotar el impacto que puede tener un ataque a la seguridad de las claves. Perseguimos que la vulneración de las claves en el presente no afecte a la seguridad de lo que hicimos en el pasado con esas claves.[2]
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