El Pla de Palau (Plaza Palacio) fue en la antigüedad la plaza principal de la Barcelona comercial debido a que era la puerta de entrada de todo aquello que venía a través del mar, ya fuesen mercancías o personas. De hecho era la plaza que daba al único acceso que se tenía a la ciudad desde el puerto, a través del portal de Mar (siglo XVI).
Durante la época medieval se configuró como centro de intercambios comerciales de primer orden, construyéndose en ella diversas edificaciones de carácter eminentemente comercial como:
Durante el siglo XVII el Hala dels Draps se convirtió en el Palacio del Virrey, reformado nuevamente en 1846, fecha en que pasó a ser Palacio Real, hasta que fue destruido por un incendio en 1875. Del mencionado edificio es de donde procede el nombre de la plaza.