En la filosofía estoica, pneuma es el concepto del «aliento de vida», una mezcla de los elementos aire (en movimiento) y fuego (como calor).[1] Originario de los escritores médicos griegos que sitúan la vitalidad humana en la respiración, para los estoicos pneuma es el principio activo y generador que organiza tanto al individuo como al cosmos.[2] En su forma más elevada, el pneuma constituye el alma humana (psychê), que es un fragmento del pneuma que es el alma de Dios. Como fuerza que estructura materia, existe incluso en objetos inanimados.[3]