Potencia explosiva

La potencia explosiva o potencia rompedora (brisance, en inglés) es una medida de la rapidez con que un explosivo desarrolla su máxima presión. El término inglés proviene del verbo francés «briser», que significa ‘romper’, ‘fracturar’ o ‘crujir’.

En una voladura, la potencia de un explosivo es la capacidad que posee de fracturar y proyectar la roca u objeto a volar. Es resultado de la combinación de su velocidad de detonación y del volumen de gases producidos en la explosión.[1]

La potencia explosiva es de importancia práctica para determinar la eficacia de una explosión en los casos de proyectiles de fragmentación, bombas revestidas con metralla, granadas, estructuras, etc.

Un explosivo rompedor es el que alcanza su máxima presión tan rápidamente que se forma una onda de choque. El efecto neto es el de romper, por resonancia de choque, el material circundante o que está en contacto con la onda de detonación supersónica creada por la explosión. Por lo tanto, la potencia explosiva es una medida de la capacidad de rotura de un explosivo y no está necesariamente correlacionada con la capacidad de trabajo total del explosivo.

  1. Evolución de los explosivos industriales. Archivado el 6 de febrero de 2009 en Wayback Machine. Víctor Legorburu Zuazua y Luis Sánchez Barbero

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