Principados del Danubio o principados danubianos era el nombre con el que se designaba a los principados de Moldavia y Valaquia hasta su unión en 1859. Vasallos del Imperio otomano desde finales del siglo XV y principios del XVI, los principados danubianos pasaron a ser un enclave estratégico cuando en el siglo XVIII se convirtieron en frontera entre los dominios del sultán y los imperios en expansión de Austria y Rusia. En 1859 la unión de estos territorios bajo un mismo príncipe (domnitor) sentaría las bases para el nacimiento de la Rumanía moderna.
Aunque, en ocasiones, Serbia es considerada como uno de los principados del Danubio,[1] lo más común es que el término se refiera únicamente a los ya citados principados moldavo y valaco.