El principio de placer y el principio de realidad son dos principios coexistentes e interdependientes que, según el neurólogo Sigmund Freud y dentro del contexto de su teoría psicoanalítica, rigen el funcionamiento psíquico.
Mientras que en el principio de placer el conjunto de la actividad psíquica tiene por finalidad evitar el displacer y procurar el placer disminuyendo las cantidades de excitación vinculadas a aquel, en el principio de realidad la búsqueda de la satisfacción ya no se efectúa por los caminos más cortos, sino mediante rodeos, y aplaza su resultado en función de las condiciones impuestas por el mundo exterior.[1]
En el principio de placer la energía psíquica es libre, inconsciente y está al servicio del ello, mientras que en el principio de realidad la energía está ligada y caracteriza a la consciencia del yo.[2]
- ↑ Jean Laplanche, y Jean-Bertrand Pontalis (1996). Diccionario de psicoanálisis. Traducción Fernando Gimeno Cervantes. Barcelona: Paidós. pp. 296-299. ISBN 978-84-493-0256-5. «Principio de placer: uno de los dos principios que, según Freud, rigen el funcionamiento mental: el conjunto de la actividad psíquica tiene por finalidad evitar el displacer y procurar el placer. Dado que el displacer va ligado al aumento de las cantidades de excitación, y el placer a la disminución de las mismas, el principio de placer constituye un principio económico.»
- ↑ Diccionario de psicoanálisis. pp. 296-299. «Principio de realidad: uno de los dos principios que, según Freud, rigen el funcionamiento mental. Forma un par con el principio del placer, al cual modifica: en la medida en que logra imponerse como principio regulador, la búsqueda de la satisfacción ya no se efectúa por los caminos más cortos, sino mediante rodeos, y aplaza su resultado en función de las condiciones impuestas por el mundo exterior.
Considerado desde el punto de vista económico, el principio de realidad corresponde a una transformación de la energía libre en energía ligada; desde el punto de vista tópico, caracteriza esencialmente el sistema preconsciente-consciente; desde el punto de vista dinámico, el psicoanálisis intenta basar el principio de realidad sobre cierto tipo de energía pulsional que se hallaría más especialmente al servicio del yo.»