La propiedad industrial es la rama de la propiedad intelectual que otorga derechos de protección respecto a marcas, patentes, diseños industriales o dibujos, modelos de utilidad, nombres comerciales, indicaciones de procedencia y denominaciones de origen.[1] Otorga dos tipos de derechos: el primero es el derecho a utilizar la invención, diseño o signo distintivo, y el segundo es el derecho a prohibir que un tercero lo haga. También se incluye dentro de estas protecciones la represión de la competencia desleal.
Los objetos de propiedad industrial consisten en signos que transmiten información, en particular a los consumidores, en relación con los productos y servicios disponibles en el mercado, por lo que su protección impide usos no autorizados de dichos signos a fin de evitar inducir a error a los consumidores.[2]
A nivel internacional, el Convenio de París y el Acuerdo sobre Derechos de la Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio son los dos acuerdos internacionales de mayor peso sobre la propiedad industrial. El primero de dichos tratados establece que todos los países firmantes del mismo se comprometen a adoptar legislaciones locales para la protección de la propiedad industrial, así como la creación de organismos internos que registren, promuevan y protejan las patentes.[3][nota 1]
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