El puerto de la ciudad de Santa Fe, Argentina, fue uno de los motivos de la fundación de la misma. Su posición, más o menos a mitad de camino entre Buenos Aires y Asunción por el Río Paraná, lo hacían un lugar ideal para el reabastecimiento de los barcos en esos viajes. Por un largo tiempo, el puerto fue declarado Puerto preciso, o sea que toda embarcación se encontraba obligada a detenerse, identificarse y pagar impuestos[1] (hasta 1780[2]).