Las raquetas de nieve son unos utensilios que se acoplan a las botas y sirven para desplazarse con más comodidad y rapidez sobre terreno nevado o helado, utilizándose sobre todo en la práctica del senderismo, montañismo o alpinismo en invierno. Distribuyen el peso de la persona sobre una superficie más grande de manera que el pie no se hunda completamente en la nieve, como consecuencia del que se llama «flotación».
Las raquetas de nieve tradicionales tienen un marco de madera dura con cordones de piel. Las modernas, mayoritariamente, están hechas de metal ligero o son de una única pieza de plástico acoplada al pie para distribuir el peso. Además, suelen disponer de algunos elementos que mejoran el diseño original, como son:
Mientras hoy se utilizan principalmente para el ocio, excursionistas y corredores a los que les gusta continuar haciéndolo en el invierno, en la antigüedad eran herramientas esenciales para los comerciantes de piel, cazadores taladores o de cualquier otro tipo para moverse por los lugares con nieve donde nevaba de forma severa.Incluso hoy en día, las raquetas de nieve son necesarias para guardas forestales y otros colectivos que tienen que ser capaces de moverse por áreas inaccesibles para vehículos motorizados cuando hay nieve profunda.
Sus dimensiones habituales varían entre valores cercanos al metro y 50 o 60 cm. Dependiendo del tipo de nieve sobre la que se progresa (polvo o dura) se utilizan unas dimensiones mayores o menores respectivamente.