Renacimiento en el budismo es la enseñanza de que las acciones de una persona conducen a una nueva existencia después de la muerte.[1] El ciclo de renacimientos llamado saṃsāra se considera insatisfactorio y doloroso. El renacimiento es una de las doctrinas fundamentales del budismo, junto con el karma y el nirvana.[1][2] En la India, la idea de reencarnación o transmigración tras la muerte era ya parte del contexto religioso en el que nació el budismo. No obstante, en el budismo este fenómeno se tratará de un modo novedoso.
La doctrina del renacimiento afirma que un ser vivo puede transmigrar a uno de los seis reinos de la existencia, que incluyen los reinos celestiales, el reino animal, el reino de los fantasmas y los reinos del infierno.[3][4] El renacimiento, como lo afirman varias tradiciones budistas, está determinado por el karma. Si bien el nirvana es el objetivo final de la enseñanza budista, una gran parte de la práctica budista tradicional se ha centrado en obtener méritos que conducen a un buen renacimiento.[3][5]
Las diversas tradiciones budistas a lo largo de la historia han estado en desacuerdo sobre el mecanismo exacto del renacimiento. Algunas tradiciones budistas como Theravada afirman que el renacimiento ocurre de inmediato y que ninguna "cosa" (ni siquiera la conciencia) se mueve a través de las vidas (aunque existe un vínculo causal, como cuando se imprime un sello en cera). Otras tradiciones budistas, como el budismo tibetano, postulan un "estado intermedio" (bardo) entre la muerte y el renacimiento, que puede durar hasta 49 días.[3]