Residuo cero[1] (en inglés: zero waste)[2] es un conjunto de principios centrados en la prevención de residuos que fomenta el rediseño de los ciclos de vida de los recursos para reutilizar todos los productos. El objetivo de este movimiento es evitar enviar la basura a los vertederos, a enterramientos, a disposición a cielo abierto, a las incineradoras, a cuerpos de agua o al océano. Actualmente, sólo se recicla el 9 % del plástico mundial.[3] En un sistema de residuo cero, el material se reutilizará hasta alcanzar el nivel óptimo de consumo. La definición adoptada por la Alianza Internacional Residuo Cero (ZWIA) es:
Residuo cero: La conservación de todos los recursos mediante la producción, el consumo, la reutilización y la recuperación responsables de todos los productos, envases y materiales, sin quemarlos y sin vertidos a la tierra, el agua o el aire que amenacen el medio ambiente o la salud humana.
Residuo cero se refiere a la prevención de residuos en contraposición a la gestión de residuos al final del proceso.[4] Se trata de un enfoque sistémico cuyo objetivo es cambiar radicalmente la forma en que los materiales fluyen por la sociedad, de modo que no se produzcan residuos.[4] El concepto de residuo cero va más allá de la eliminación de residuos mediante la reducción, la reutilización y el reciclaje. Se centra en reestructurar los sistemas de distribución y producción para reducir los residuos.[5] Residuo cero proporciona directrices para trabajar continuamente en la eliminación de los residuos.[4]
Los defensores esperan que la regulación gubernamental sea necesaria para influir en las decisiones industriales sobre el diseño de productos y envases, los procesos de fabricación y la selección de materiales.[6] También afirman que la eliminación de residuos reduce la polución y los costes debido a la menor necesidad de materias primas.