Hay dos tipos de residuos de cultivos agrícolas. Los residuos de campo son materiales que quedan en un campo o huerto agrícola después de que se ha cosechado el cultivo. Estos residuos incluyen tallos y rastrojos (tallos), hojas y vainas de semillas. El residuo puede ser arado directamente en el suelo, o quemarse primero. Por el contrario, las prácticas agrícolas de labranza cero, labranza en franjas o labranza reducida se llevan a cabo para maximizar la cobertura de residuos de cultivos. El buen manejo de los residuos de campo puede aumentar la eficiencia del riego y el control de la erosión. Se pueden usar mediciones simples de transectos de línea para estimar la cobertura de residuos.[1] Los residuos del proceso son materiales que quedan después de que el cultivo se procesa en un recurso utilizable. Estos residuos incluyen cáscaras, semillas, bagazo, melaza y raíces. Se pueden usar como forraje animal y enmienda del suelo, fertilizantes y en la fabricación.