El término rubia tonta es un estereotipo despectivo para referirse a un arquetipo de mujer de pelo rubio, atractiva, muy preocupada por su aspecto y materialista, pero de poca inteligencia y sentido común.
En la realidad, no existe ninguna relación entre el color del cabello y la inteligencia y diversos estudios han demostrado que el coeficiente intelectual medio de las mujeres rubias no es inferior a la media del total.[1] El estereotipo podría haber nacido a raíz del éxito de la novela de 1925 Los caballeros las prefieren rubias de la escritora estadounidense Anita Loos (1889-1981).[2] Se ha especulado un origen anterior, en las antiguas Grecia y Roma, culturas para las cuales los pueblos del norte de Europa —en los que más incidencia tiene el blondismo— eran bárbaros iletrados; muy alejados entonces de la sofisticación mediterránea.[3]