Debido al apartheid (1948–1992), en 1964 el Comité Olímpico Internacional le prohibió a Sudáfrica participar de eventos deportivos. Sin embargo el rugby, el deporte más popular del país, tuvo ciertos privilegios y ergo ocasionó muchas polémicas; siendo hoy uno de los capítulos más oscuros de la historia de aquel deporte.
El racismo afectó no solo a los sudafricanos negros, sino también a: los maoríes neozelandeses, los aborígenes australianos y las selecciones de Fiyi, Samoa y Tonga; que quedaron totalmente prohibidas de visitar la nación. Para permitir el ingreso de estrellas indígenas, como Bryan Williams, el apartheid creó el instituto de blancos honorarios.
Finalmente Sudáfrica quedó excluida de la Copa del Mundo, perdiéndose las ediciones de Nueva Zelanda 1987 e Inglaterra 1991. No hubo más partidos de prueba luego de 1989, recién se permitió la participación sudafricana tras la abolición del régimen en 1992 y se celebró la Prueba del Regreso.